Un perro cambia tu vida. La enriquece, la pone patas arriba y antes de que te des cuenta, no puedes imaginártela sin tu peludo amigo moviendo la cola. En mis muchos años como dueña de un perro, he aprendido que la vida con un perro requiere compromisos y sacrificios, pero también fortalece tu desarrollo personal y te hace crecer. En este sentido, creo firmemente en el lema de Cesar Millán: "No siempre obtienes el perro que quieres, pero obtienes el perro que necesitas". Un perro nunca cumplirá completamente tus expectativas, satisfará tus deseos o se ajustará perfectamente a tus planes. Te presentará exactamente los desafíos que quizás necesitas en ese momento de tu vida. Entre los seres de cuatro patas, existe una diversidad de personalidades tan grande como entre nosotros, los seres humanos. A lo largo de mi vida, he conocido a muchos perros y he tenido el privilegio de llamar a algunos de ellos miembros de mi familia. Llena de innumerables experiencias, hoy miro hacia atrás en mi historia animal y les presento ocho ideas que he adquirido a lo largo de los años como dueña de un perro.
1. El hogar nunca estará completamente limpio
Con la llegada de un ser de cuatro patas, debes despedirte de la idea de tener una limpieza y orden perfectos. Los perros, por naturaleza, ensucian mucho. Esto varía, por supuesto, según su tamaño y tipo de pelaje. Los pelos de perro se incrustan en los cojines y después de cada paseo, habrá nuevas huellas. Por supuesto, podrías dedicarte a limpiar tras tu peludo amigo durante todo el día, o puedes aceptar que a partir de ahora solo podrás lograr un 90% de limpieza en lugar del 100% en la escala de limpieza.
2. Los pelos de perro pueden llegar a cualquier lugar sin excepción
Cualquier dueño de perro sabe que los pelos de perro tienen un poder casi mágico para adherirse a todos los objetos, cojines y prendas de vestir. Su estructura hace que desafíen incluso a las aspiradoras y cepillos para pelusas. La posibilidad de salir de casa completamente libre de pelos de perro probablemente siempre será un sueño inalcanzable para cualquier dueño de perro. La forma más fácil de lidiar con esto es aceptar los pelos como un accesorio personal del dueño del perro y estar contento con la idea de que siempre habrá una pequeña parte de tu querido amigo peludo cerca de ti.
3. No a todos les gustan los perros
Increíble pero cierto: sí, hay personas que realmente no les gustan los perros, por más extraño que parezca para un amante de los perros. Las razones son muy variadas y algunas de ellas pueden estar basadas en malas experiencias o incluso traumas. El hecho es que los perros no deben acercarse a las personas al azar, ni saludar ni olfatear a cualquier extraño. Decir "no hace nada" o "solo quiere jugar" no cambia la actitud de alguien que simplemente no le gustan los perros o incluso les tiene miedo. Mi experiencia me ha demostrado que la precaución y la consideración, especialmente en una vida en la ciudad, son esenciales.
4. Un perro es mucho más caro de lo que piensas
Cuando adquieres un perro, generalmente calculas los costos de alimentación, veterinario, impuestos y necesidades básicas como cuencos y camas para perros. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto son los gastos adicionales: golosinas, snacks para masticar, accesorios para perros, cepillos y muchos juguetes que algunos desaparecen para siempre debajo del sofá. Comprar cosas para perros suele ser tan tentador y variado como comprar para nosotros mismos. Aquí, en William Walker, también hacemos nuestro mejor esfuerzo para entusiasmarlos con excelentes productos de moda para perros.
5. Con un perro, entablas conversaciones más fácilmente con extraños
Como dueño de un perro, eventualmente te conviertes en un experto en conversaciones informales. Porque todos nosotros, los dueños de perros, tenemos algo en común: nos encanta hablar sobre nuestros perros y compartir todo lo que implica la vida con un perro. Cuando paseo a mi perro por la ciudad, siempre me sonríen y las personas me hacen cumplidos o preguntas sobre mi amigo peludo. En cuanto a romper el hielo, los perros son indiscutiblemente los número uno.
6. Cada perro es único
¿Conoces a uno, conoces a todos? ¡Incorrecto! Los perros son muy diferentes entre sí. Si bien la raza influye en algunas características y rasgos, la personalidad de un perro se puede moldear mediante la educación. Cada uno de mis amigos peludos ha traído consigo desafíos, incompatibilidades, preferencias y miedos nuevos e individuales. La experiencia con perros es valiosa, pero lo más importante es estar dispuesto a cambiar, probar nuevos métodos y adaptarse a cada animal de manera individual.
7. Los perros tienen buena memoria
El mito de que los perros no tienen memoria a largo plazo ha persistido a lo largo de los años. Crecí creyendo en esta idea hasta que mi primer perro me demostró lo contrario. Si los perros solo tuvieran memoria a corto plazo, no podrían aprender ni desarrollarse. Cómo funciona exactamente la memoria de los perros es una pregunta para la ciencia. Pero mi experiencia me ha enseñado que mi perro recuerda muy bien y a largo plazo: comandos que entrenamos cuando era cachorro y que no usamos durante mucho tiempo, caminos que recorrimos hace mucho tiempo. Recuerda el tronco de un árbol en el bosque donde se acumula agua deliciosa cuando llueve y el camión de reparto de UPS, porque el amable repartidor siempre le da caricias.
8. Todo es mejor con un perro
¿Les suena familiar? No importa lo que hagas, a dónde vayas, lo que tengas que hacer: con tu amigo de cuatro patas a tu lado, incluso el molesto viaje al supermercado se convierte en algo divertido. Las tareas se convierten en excursiones, un simple día en la playa se convierte en un momento de felicidad. Esa